jueves, 14 de abril de 2011

La ciudad encantada

Situada en un extenso pinar en medio de la Serranía conquense, la Ciudad Encantada es uno de los más bellos parajes calcáreos creado por los caprichos de la naturaleza. En un laberinto de formaciones rocosas aparecen fantásticas figuras bautizadas por la imaginación popular con nombres de animales y objetos. Todo el recorrido esta señalizado, resultando su visita un agradable paseo. Con sus puentes, calles, plazas y moradores pétreos esta ciudad imaginaria fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional el 11 de junio de 1929. Su formación geológica se remonta a la Era Secundaria.
EL MEDIO FÍSICO
Es una comarca muy variada y de complicada topografía, donde los ríos han labrado profundos valles que la fragmentan en una serie de mesetas "muelas" y cumbres más o menos planas, alternadas por profundos valles denominados "hoces" de increíble y sorprendente belleza, labrados por los ríos, Júcar, Escabas, Cuervo y Guadiela. La Serranía de Cuenca es un lugar único y variado en formas cársticas, formas topográficas, donde siendo abundantes estos lugares, el más representativo y ejemplo más notable es la Ciudad Encantada. Ésta forma parte de una extensa zona forestal de unas 13.000 ha. Situada en el pueblo conquense de Valdecabras "una pedanía de Cuenca", siendo la zona turística solo una pequeña parte pero muy representativa, albergando los diversos estadios de evolución cárstica, este complejo ruiniforme tan singular atrajo en el siglo XIX la atención de curiosos y geólogos de diferentes países siendo en épocas de entre guerras refugio de gentes de todo tipo.
CÓMO LLEGAR.
Se localiza a 36 kilómetros de Cuenca. Si se parte de la ciudad, hay que coger la carretera que va a Tragacete, pasando por el mirador del "Ventano del Diablo", donde se puede disfrutar de una impresionante panorámica del río Júcar. Continuando la carretera a 5 kilómetros está el desvío de Valdecabras, antes del cual se encuentra la Ciudad Encantada. Este paraje está situado en una finca particular, por lo que es necesario abonar una entrada para poder visitarla. El recorrido señalizado es de unos 3 kilómetros, careciendo de dificultades. Al salir de este extraordinario lugar, desde el aparcamiento, se puede recorrer una pista de unos dos kilómetros que lleva al Balcón de Uña, donde se contempla el río Júcar y la laguna de Uña.

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